Erdoğan ante la vuelta de Siria a la arena internacional
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Venezuela es el 8.º país con mayores reservas convencionales de gas natural. Ahora, los yacimientos de la "Franja Caribeña del Gas", de confirmarse, podrían colocarlo en la 4ª posición mundial. Además, espera comenzar pronto sus ventas a Europa. Repsol y ENI están trabajando en ello.
El pasado 6 de mayo, el gobierno venezolano firmó dos importantes acuerdos con la compañía italiana ENI y su par española, Repsol, por los que se habilitó la exportación de líquidos de gas natural a Europa. La gestión fue anunciada por el flamante nuevo jerarca de PDVSA, Pedro Tellechea.
El proyecto consignado se centra en el proyecto Cardón IV (más conocido como “La Perla”), donde, según Bloomberg, las autoridades venezolanas han optimizado las operaciones en los últimos meses. De hecho, la propia página oficial de Repsol resalta esta iniciativa, afirmando que “el campo Perla se ha considerado uno de los grandes descubrimientos de Repsol (…) se espera que la producción alcance los 1.200 millones de pies cúbicos de gas al día”. La cifra no es menor. Para que os hagáis una idea, se estima que, a mediados de julio de 2022, las exportaciones de gas ruso a Europa descendieron a 1.200 millones de pies cúbicos diarios, un número equivalente a la producción diaria de La Perla.
El pasado 16 de mayo el propio Nicolás Maduró comentó que “PDVSA está avanzando paso a paso, regularizando relaciones con el mundo”. Lo hizo en un tono victorioso por los nuevos acuerdos que oxigenan las cuentas públicas del régimen venezolano.
Aunque no dio detalles al respecto, el mandatario se estaba refiriendo a unas nuevas certificaciones de reservas que podrían ratificarse este mismo año, en lo que el chavismo denomina como la “Franja Caribeña de Gas”.
Venezuela es de por sí la 8° nación con mayores reservas de gas natural del mundo, pero Maduro comentó que podría saltar al 4° puesto si la franja logra una certificación efectiva este año.
En cualquier caso, la principal victoria del régimen fue obtener el permiso de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de Estados Unidos para que los acuerdos con ENI y Repsol fueran posibles, ya que desde hace unos años, Venezuela está bajo sanciones comerciales del gobierno norteamericano. Con todo, el antecedente no resulta alentador, en marzo de este mismo año un proyecto similar con empresas colombianas fue revertido ante la falta de reglas de compliance por parte de las autoridades venezolanas. Las reglas de compliance son el conjunto de normas, directrices y requisitos que las partes de un acuerdo tienen que cumplir para que una operación pueda llevarse a cabo: reglas de conducta, controles financieros, garantías legales, supervisión ambiental, acceso a la información, etc.
Ahora es de esperar que los parámetros normativos de la UE serán aún más estrictos, por lo que el chavismo tendría que asumir… ¿Cómo decirlo? “Buenos modales” si quiere que todo el entusiasmo actual se materialice en ingresos fiscales.
Con todo es de esperar que esta vez el gobierno chavista haga todos los esfuerzos posibles para lograrle. Al fin y al cabo, la situación interna en Venezuela sigue siendo crítica - incluso en el terreno energético, ya que los programas de racionamiento de gas para el consumo familiar continúan en varias jurisdicciones. El gobierno prioriza la exportación sobre el abastecimiento interno para intentar mejorar el contexto macroeconómico y lograr divisas extranjeras. El acuerdo con Europa puede ser un importante paso adelante en sus planes.