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¿SABÍAS QUÉ…? Turquía es el peor país de Europa para comer, beber, fumar y vapear
Turquía es el país de Europa que más restricciones impone al estilo de vida de sus ciudadanos. Le siguen Noruega, Lituania y Finlandia. Alemania es por contra el país más libre. No te pierdas los últimos resultados del Nanny State Index.
Turquía es el país de Europa que más restricciones impone al estilo de vida de sus ciudadanos. Le siguen Noruega, Lituania y Finlandia. Alemania es por contra el país más libre.
¿Qué es lo más “costoso” para los turcos? Sin duda, beber alcohol y vapear. Los cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco calentados (como iQOS) están prohibidos. Y aunque los bares y restaurantes pueden servir bebidas espirituosas las 24 horas del día, estas tienen impuestos muy elevados.
En lo que respecta a los cigarrillos, estos tienen que venderse en paquetes “neutros” (que solo contiene las advertencias de salud, información fijada por ley y el nombre de la marca impreso en un formato regulado e igual para todas las empresas). Asimismo el tabaco no puede exponerse en las tiendas y la venta en máquinas expendedoras no está permitida.También está prohibido fumar en los lugares de trabajo, bares y restaurantes, así como dentro de los vehículos. Por su parte, la edad mínima para comprar tabaco se elevó en 2018, de los 18 a los 21 años.
Por otro lado, también está prohibida la venta de bebidas energéticas a menores de 18 años y el impuesto sobre las bebidas azucaradas asciende a 0,17 euros/litro.
Por si fuera poco, a principios de 2022 se incrementó el “Impuesto Especial sobre el Consumo”. Este impuesto grava, de forma adicional al impuesto sobre el valor añadido, los artículos de lujo, los vehículos de motor, el petróleo y el gas natural, las bebidas alcohólicas, los refrescos y los productos del tabaco. En el caso de estos 3 últimos productos la ley establece que el tributo se actualiza automáticamente cada 6 meses de acuerdo con la inflación del Índice de Precios al Productor (IPP) nacional.
Estas tasas se conocen como “impuestos pigouvianos” y gravan actividades o bienes que se considera generan externalidades negativas. De esta forma, su objetivo es no solo recaudar, sino también desincentivar la actividad o el consumo de los bienes que gravan.
Estos datos hacen de Turquía lo que los elaboradores del Nanny State Index conocen como un “estado niñera”. Lo hace regulando y controlando sus vidas, tomando decisiones en su nombre y restringiendo su libertad de elección con el pretexto de protegerlos de actividades o productos que pueden provocar algún tipo de daño.
Sin embargo, para los investigadores que han preparado este documento, las restricciones no parecen funcionar como los legisladores querrían. Curiosamente, los países menos libres no son, precisamente, aquellos que tienen una mayor esperanza de vida, tasas más bajas de tabaquismo o un menor consumo de alcohol.
La pregunta que debemos hacernos es, ¿ser más permisivos con el estilo de vida de los ciudadanos hace que estos adquieran hábitos de vida más saludables y, por tanto, logren una mayor esperanza de vida, menores tasas de tabaquismo o un menor consumo de alcohol? ¿O es justo el hecho de tener hábitos más saludables lo que permite a los gobiernos ser más permisivos a la hora de regular los hábitos de los ciudadanos? En ese caso la formación y el conocimiento serían mucho más útiles que la restricción. El debate está servido.